lunes, 19 de noviembre de 2018

Laura dice que saldré reforzado y casi como una nueva persona de todo esto. Yo empiezo a dudar ahora de que pueda salir, y no porque no funcione la terapia o no lo intente, sino porque mis no intentos por boicotear mi vida dan mejores y más bloqueantes resultados. Cuando parece que por fin comienzo a tomar las riendas de lo laboral, me contagio, y me hundo, y me quiero desconectar. El tiempo para y yo lo pierdo. Estamos en noviembre. Llevo seis meses en Madrid y las excusas se agotan y los ánimos de Laura se quedan en su despacho. Y ahora necesito un abrazo y no quiero pedirlo porque no quiero contar a nadie lo que ha pasado y los dos que lo saben no quiero llamarles aunque pudiera. Y...